domingo, 16 de enero de 2011

Historia de la UNAM parte III



Universidad Nacional Autónoma de México.

Con el estatus de “Autonomía” la Universidad de México entra en la más reciente etapa de desarrollo.

"La Universidad se hizo Autónoma por la revolución de nuestra palabra, nuestra huelga y nuestra sangre"

Al término del rectorado de Alfonso Pruneda, el gobierno de Emilio Portes Gil, presidente interino después del asesinato de Álvaro Obregón, candidato a la presidencia de la República, nombró el 1 de diciembre de 1928 como rector de la Universidad a Antonio Castro Leal, un joven abogado y diplomático que había sido miembro del Ateneo de la Juventud e integrante de los Siete Sabios durante los primeros años de la Universidad, pero que estaba bastante desligado de los asuntos universitarios de la época. Castro Leal continuó con la política de su antecesor, poniendo énfasis en la extensión universitaria y la administración, sin darse cuenta de que se acercaba una tormenta que cambiaría la institución universitaria para siempre. En el discurso de apertura de los cursos, el 16 de febrero de 1929, el secretario de Educación Pública, Ezequiel Padilla, afirmó que era necesario dar un nuevo rumbo a la Universidad, impulsar una ciencia propia y no transmitir sólo ideas ajenas.

Las grandes facultades se mantenían en calma, sus funcionarios estaban ocupados en organizar los asuntos relacionados con el buen camino de la docencia; sin embargo, las dos reformas pendientes: la aplicación de los exámenes trimestrales escritos en la Facultad de Derecho y el aumento de un año en el ciclo escolar de la Escuela Nacional Preparatoria, seguían sin resolverse. Por ello, estas dos dependencias universitarias fueron las que mostraron mayor inquietud estudiantil. La Facultad de Derecho, que no había sido mencionada ni una sola vez en los informes mensuales del rector, empezó el año escolar con problemas, ya que el nombramiento de Narciso Bassols como nuevo director provocó el rechazo inmediato de los estudiantes. En este ambiente de ánimos agitados, el nuevo director declaró que ahora sí iba a aplicar los reconocimientos trimestrales acordados por el Consejo Universitario desde 1925.

En 1929 México era el país de la revolución social en busca de un Estado fuerte, nacionalista y revolucionario. La Universidad había quedado relegada del interés de los gobiernos revolucionarios, primero por los problemas propios de la lucha armada y después por el esfuerzo de los primeros de elevar el nivel educativo del pueblo por medio de la educación básica.

La efervescencia de los partidos políticos, con motivo de la sucesión presidencial a principios de 1929, que despertó en los estudiantes un gran interés por los problemas nacionales y educativos, la fuerza de la organización estudiantil a todos los niveles, las muestras de indisciplina y desorden en la Facultad de Derecho desde tiempo antes y la aplicación de las dos reformas pendientes son las variables que hay que tomar en cuenta para la explicación del movimiento estudiantil de 1929.

En esta situación conflictiva, los estudiantes de la Facultad de Derecho trataron de discutir el problema con el rector, quien los turnó con el secretario general de la Universidad, Daniel Cosío Villegas, para que contestara con evasivas. Igual suerte corrió su entrevista con el secretario de Educación Pública, Ezequiel Padilla, que, sin poderse imaginar el alcance de este movimiento, no permitió una conciliación, abocándose a su autoridad y acompañando sus declaraciones siempre con amenazas de severas medidas correctivas.

Cerradas las puertas a una negociación, los estudiantes se posesionaron, el día 5 de mayo, del edificio de la Facultad de Derecho, colocaron la bandera rojinegra y el escudo de la Federación Nacional de Estudiantes. Al día siguiente impidieron la entrada a los estudiantes que querían asistir a clase y silbaron al rector cuando llegó a las instalaciones. El 7 de mayo el rector, por acuerdo del presidente Emilio Portes Gil, clausuró la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales por el desorden que había allí. Decía el acuerdo que los recursos dispuestos para ella pasarían a las escuelas politécnicas, tan necesarias para el progreso económico del país.

El 9 de mayo por la tarde los estudiantes convocaron a una reunión en el salón El Generalito de la Escuela Nacional Preparatoria, donde votaron mayoritariamente en favor de declarar formalmente la huelga y de efectuar manifestaciones en apoyo a sus demandas.

El 29 de mayo Emilio Portes Gil declaró, primeramente que no accedía a sus peticiones, pero que en cambio les daría la autonomía universitaria, que él quería ser amplio de espíritu con los estudiantes. El mismo día Portes Gil mandó la convocatoria para un periodo extraordinario de sesiones a la Cámara de Diputados, con objeto de discutir el proyecto de ley de autonomía universitaria.

Entre el 3 y el 5 de junio se abrió un periodo extraordinario de sesiones en la Cámara de Diputados, se discutió la propuesta de ley de autonomía y se aprobó por unanimidad. El 19 de junio renunciaron Antonio Caso, director de la Escuela Nacional Preparatoria, y Antonio Castro Leal, el rector. El presidente entregó el proyecto de ley de autonomía universitaria a Alejandro Gómez Arias, Carlos Zapata Vela y Efraín Brito para su discusión.

El 10 de julio de 1929 fue promulgada la Ley Orgánica de la Universidad Nacional de México, Autónoma. Este mismo día se designaron como rector interino a Ignacio García Téllez, como director de la Facultad de Derecho a Carlos Chico Goerne y como director de la Escuela Nacional Preparatoria a Pedro de Alba. Dos días después, en una asamblea estudiantil, Alejandro Gómez Arias dio por concluida la huelga, que había durado 68 días.

La nueva Ley Orgánica de 1929 dio una autonomía limitada a la Universidad, con cierta injerencia de la Secretaría de Educación Pública y del presidente de la República. Este precepto legal sólo fue válido hasta 1933, cuando la autonomía plena convirtió a la Universidad en corporación privada.


Según esta nueva disposición legal, la Universidad quedó integrada por las siguientes instituciones:

Facultades:

Facultad de Filosofía y Letras
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
Facultad de Medicina
Facultad de Ingeniería
Facultad de Agronomía
Facultad de Odontología
Facultad de Ciencias e Industrias Químicas
Facultad de Comercio y Administración

Escuelas:

Escuela Preparatoria
Escuela de Bellas Artes, comprendiendo las escuelas de Pintura y Escultura y la de Arquitectura
Escuela Normal Superior
Escuela de Educación Física
Escuela Nacional de Medicina Veterinaria

Institutos de investigación y otras instituciones:

Biblioteca Nacional
Instituto de Biología
Instituto de Geología
Observatorio Astronómico


No fue sino hasta 1945 que la autonomía universitaria en México se convirtió en un ordenamiento legal capaz de regular las relaciones entre Universidad y Estado adecuadamente

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