Universidad Nacional de México.
La nueva institución universitaria contemporánea se fundó el 22 de septiembre de 1910 como parte de los festejos del centenario de la Independencia de México, durante el mandato del presidente Porfirio Díaz como Universidad Nacional de México (sin su carácter de autonomía) uniendo las diferentes Escuelas Nacionales, luego de la presentación de su Ley Constitutiva por parte de Justo Sierra Méndez. El primer rector fue Joaquín Eguía Lis.
El proyecto de creación de la Universidad, aunque sin un resultado inmediato, fue propuesto por Justo Sierra en 1881, siendo diputado y con la intención de contrarrestar el problema educativo.
Los esfuerzos discursivos de Justo Sierra se encaminaban a deslindar al nuevo proyecto universitario del anterior, al mismo tiempo que buscaba, en la experiencia pasada, un punto en común, el origen, tal vez, de la consecución de una obra; la educativa. Por tal motivo recurrió al carácter laico que cobraría la nueva institución y se apegó al método científico como única vía para alcanzar el conocimiento.
El propósito de Sierra se materializó en 1910 con el acto inaugural de la Universidad Nacional de México, en “solemne ceremonia” presidida por el presidente de la república, General Porfirio Díaz, en el anfiteatro de la Escuela Nacional Preparatoria. En esta época, siendo secretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, Sierra, expresó en su discurso, que el objetivo educador y científico que la Universidad Nacional debía concentrar, sistematizar y difundir entre el pueblo mexicano, era el de preparar para el porvenir.
Justo Sierra a través de su discurso manifiesta: (…) nosotros decimos a los universitarios de hoy, la verdad se va definiendo, buscadla, enfatizando que (…) tenéis encomendada la realización de un ideal político y social que se resume así: democracia y libertad.
Entre 1925 y 1928 se incorporaron a la Universidad Nacional, con base en el artículo 2º de la Ley Orgánica de 1910 (que determina que el gobierno federal podrá poner bajo la dependencia de la Universidad otros institutos superiores), las siguientes escuelas:
Escuela Nacional de Bellas Artes (1925)
Escuela Nacional de Bellas Artes (1925)
Escuela Superior de Administración Pública (1925)
Conservatorio Nacional (1925)
Escuela de Escultura y Talla Directa (1927)
Escuela de Educación Física (1928)
Escuela de Experimentación Pedagógica (1928)
Las dependencias universitarias se encontraron en doce edificios en el centro de la ciudad de México: las oficinas de la Rectoría en las calles de Licenciado Verdad y Guatemala, la Escuela Nacional Preparatoria y la Facultad de Derecho en la de San Ildefonso, la Escuela de Verano en el edificio de Mascarones, la Escuela de Escultura en el ex convento de la Merced, la Facultad de Ingeniería en la calle de Tacuba y la de Química en la de las Cruces. Esta dispersión de los estudiantes seguía despertando un sentir de pertenencia a diferentes escuelas, no a una institución que cobijaba a todos.
Discurso inaugural de la Universidad Nacional
Justo Sierra, ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes, pronunció a través de su discurso, la importancia de la acción educadora, cultural y científica de la recién creada Universidad Nacional.
El discurso de Sierra, enfatiza en la transformación y evolución de una sociedad a partir de la revaloración de su pasado y de la creación de hábitos morales y físicos, que orienten a la juventud a la lucha por el porvenir y unificación de la patria. El discurso de Sierra insiste en que los derechos y la libertad de un pueblo nacen del progreso de su sistema de educación nacional.
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